La obesidad y los problemas que desencadena en la mujer
En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) del 2012, reportó que el 73% de las mujeres adultas presentaron sobrepeso u obesidad. La obesidad se define utilizando un parámetro llamado Índice de Masa Corporal (IMC), que relaciona peso y talla.
Se considera que hay obesidad cuando el IMC es superior a 30.
Esta enfermedad se asocia principalmente con la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, pero también con trastornos óseos (osteoartritis), hipertensión arterial, problemas respiratorios, musculares y cáncer.
Ocasionado también que la vida sexual y la salud reproductiva se vean afectadas por la obesidad, debido a que esta llega a producir alteraciones hormonales en las mujeres.
Durante mucho tiempo se pensó que la obesidad era una enfermedad, casi exclusiva del estrato socioeconómico más elevado.
Lo cual ha cambiado en los últimos años, ya que investigaciones recientes han determinado una relación inversa entre el nivel socioeconómico de las mujeres y su desarrollo.
Consecuencia de la obesidad en la fertilidad de las mujeres
Existen diversos factores que determinan la ganancia de peso en mujeres:
la conducta alimentaria
los patrones de consumo de alimentos
antecedentes genéticos
la edad
efectos secundarios de medicamentos tales como anticonceptivos hormonales y antidepresivos
el embarazo, la lactancia
estilos de vida, etc.
Estos factores alteran la producción de las hormonas involucradas en el ciclo reproductivo.
En consecuencia, la obesidad aumenta el riesgo de infertilidad, ovarios poliquísticos, pre-eclampsia/eclampsia, diabetes gestacional y complicaciones obstétricas en el momento del parto en la mujer en edad reproductiva.
Los efectos de la obesidad en la fertilidad pueden ser a nivel:
Endócrino, tiene un efecto en la producción de hormonas.
Del ovario, donde hay un efecto en la calidad, cantidad de óvulos y embriones producidos.
Del útero/endometrio, donde hay un efecto en las tasas de implantación del embrión.
La obesidad y el embarazo
Aunque el exceso de peso es un problema sanitario cada vez más relevante a nivel mundial, resulta preocupante la falta de motivación para enfrentarlo con más decisión en la práctica clínica diaria.
Esta realidad es evidente en la población de mujeres embarazadas siendo la prevalencia de obesidad en un rango que va del 11% al 22%, si se presenta antes del embarazo es un factor de riesgo independiente para complicaciones obstétricas como: parto pretérmino, preeclampsia, macrosomía fetal, aborto espontáneo, diabetes gestacional, hipertensión gestacional, parto prematuro, alteraciones del trabajo de parto, retraso del crecimiento intrauterino, traumatismo neonatal o hipoglucemia neonatal, además de presentarse una mayor incidencia de cesárea.
El impacto de la obesidad materna y de la diabetes gestacional son independientes y aditivos para los riesgos de morbilidad y mortalidad relacionadas con el embarazo.
La obesidad también causa afectaciones en el feto, debido a que aumenta el riesgo de malformaciones fetales, así como programación fetal para patologías en la vida adulta.
Las recomendaciones para que una mujer con obesidad lleve un embarazo se realiza a varios niveles como:
alimentación sana con ganancia de peso adecuado
intervención en el estilo de vida (ejercicio, control de estrés)
ingesta adecuada de ácido fólico entre otras.
Recordando que la obesidad pre-gestacional y la excesiva ganancia de peso gestacional han sido reconocidas como factores de riesgo independientes de complicaciones maternas y fetales.
La obesidad y su relación con el síndrome del ovario poliquístico (SOP)
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un trastorno endocrino metabólico, que ocurre cuando los ovarios o las glándulas suprarrenales femeninas producen más hormonas masculinas de lo normal, esto causa el crecimiento de quistes en los ovarios.
Este síndrome puede presentarse en cualquier adolescente o mujer en edad reproductiva con hirsutismo u otras manifestaciones cutáneas de hiper-androgenismo, irregularidades menstruales, problemas de ovulación, transtornos de fertilidad y obesidad.
Asi mismo, la asociación entre el SOP y la obesidad puede afectar a más de la mitad de las mujeres que padecen este síndrome.
Además de predisponer a las mujeres a desarrollar resistencia a la insulina y al síndrome metabólico, en comparación con la población general, esto aumenta hasta cuatro veces la frecuencia de las alteraciones menstruales en mujeres con ovarios poliquísticos.
Incluso, aunque la mujer tenga ciclos regulares, la obesidad afecta a la calidad de los ovocitos y a la maduración del endometrio.
Causas de infertilidad en la mujer
Se conoce como infertilidad a la falta de embarazo luego de 12 meses de relaciones sexuales regulares sin protección anticonceptiva.
Las causas más frecuentes de infertilidad en la mujer son:
las obstrucciones tubáricas
el síndrome de ovario poliquístico
la anovulación
hiperprolactinemia
estenosis cervical
fibromatosis uterina
endometriosis
malformaciones en el aparato genital, entre otras.
Además, la obesidad en las mujeres jóvenes incrementa el riesgo de infertilidad, el desarrollo de complicaciones en el embarazo y las alteraciones en el desarrollo fetal.
Lo anterior condiciona tanto complicaciones médicas y psicológicas por la infertilidad, así como alteraciones neonatales, obstétricas o congénitas, además de cambios en el estado metabólico durante el embarazo.
La obesidad y el cáncer de endometrio
El cáncer de endometrio, es la malignidad ginecológica más común en los Estados Unidos y el cuarto cáncer más común entre las mujeres después del cáncer de mama, pulmón y colorrectal.
Ocurre predominantemente después de la menopausia y está fuertemente relacionado con las hormonas esteroideas, particularmente estrógenos.
La obesidad es un factor de riesgo asociado frecuentemente con el cáncer endometrial, hay evidencia de reportes en regiones de Europa, en los que se observa que el incremento de la población obesa aumenta los casos y la mortalidad a causa de este cáncer.
El cáncer endometrial se ha clasificado por lo general en tres tipos:
I, está relacionado con el estrógeno y ocurre en mujeres más jóvenes, obesas o perimenopáusicas.
II, suele tener tumores de alto grado, con histología de células serosas o claras, ocurre en una cohorte de mujeres mayores que en el Tipo I y es más común en mujeres de piel oscura.
III, La enfermedad genética o hereditaria puede tener una asociación familiar o puede ser parte del síndrome de Lynch, cáncer colorrectal hereditario no polipósico.
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